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Los propietarios de marcas internacionales han establecido objetivos para aumentar el contenido de biopolímeros o materiales reciclados en sus productos. Con el aumento de la demanda y la producción, y el pronóstico de expansión del uso de bioplásticos en América Latina[1] durante los próximos cinco años, el Gerente Regional de la Unidad de Negocios Additives de Clariant, Eliandro Felipe, aprovecha las ventajas de nuestras alianzas y aditivos sostenibles a fin de crear materiales más ecológicos en favor de una economía circular. Uno de los países objetivos es México, que está construyendo una reputación reconocida a nivel mundial por el reciclaje de PET, y toma medidas para mejorar la gestión de desechos y reducir el uso de plástico basado en fósiles.


»También observamos que emergen biopolímeros, aplicaciones y productos más innovadores y sofisticados, incluidos, por ejemplo, los componentes de PLA producidos por la empresa Floreon, con la cual Clariant tiene una alianza a fin de expandir las aplicaciones de biopolímeros de alto rendimiento a mercados adicionales.«

 Eliandro Felipe, para comenzar con una amplia descripción general, ¿qué tan profundo han penetrado los bioplásticos en el mercado global del plástico, y cuál es el estado actual de la cadena de valores de los plásticos? 

Los bioplásticos representan aproximadamente el uno por ciento de las casi 360 millones de toneladas de plástico que se producen al año. Quizá sea un número bajo, pero la demanda aumenta a gran velocidad, así como la capacidad de producción. En 2019, la capacidad de producción global de bioplásticos era de 2,11 millones de toneladas, y se pronostica que aumente a 2,43 millones de toneladas para el 2024. La manufactura de bioplásticos en América Latina representa el 12 % del total global y está creciendo a pasos acelerados[2]. También observamos que emergen biopolímeros, aplicaciones y productos más innovadores y sofisticados, incluidos, por ejemplo, los componentes de PLA producidos por la empresa Floreon, con la cual Clariant tiene una alianza a fin de expandir las aplicaciones de biopolímeros de alto rendimiento a mercados adicionales.

A medida que el mundo avanza hacia una economía circular, ¿qué papel desempeñarán los bioplásticos? ¿Y qué tan importantes serán en esta transición? 

En Clariant vemos a los bioplásticos como un componente importante en el avance hacia la economía circular, ya que contribuyen con la transición del consumo actual fuera del modelo "fabricar, usar, desechar", y tomamos un enfoque holístico hacia este desafío. Nuestra iniciativa EcoCircle apoya la transición desde una cadena de valor del plástico unidireccional hacia una economía de plásticos circular, al ir más allá de un enfoque simple del producto, observando la cadena de valor completa e identificando las soluciones más sostenibles y viables para la economía circular de plásticos. Esto incluye el desarrollo de aditivos y polímeros de alta tecnología, y alianzas que impulsen la expansión de los bioplásticos. Además de los desechos del plástico, el cambio climático es uno de los más grandes desafíos que enfrentamos, y los biopolímeros también ayudan a todos los participantes de la cadena de valor del plástico a reducir las emisiones de CO2 y la huella de carbono.

¿Aún se da el caso de que los bioplásticos no rinden tan bien como los plásticos tradicionales? Y, de ser así, ¿cómo logran los aditivos sostenibles de Clariant acortar la brecha de rendimiento entre los biopolímeros y otros materiales?
Los bioplásticos han atravesado un largo camino desde su introducción masiva en la década de los 70, pero es verdad que, en muchas aplicaciones, aún están por detrás de los plásticos basados en petróleo en lo que dice respecto a las propiedades físicas.

Esto es algo en lo que estamos trabajando en Clariant con nuestros socios, como Floreon. Al integrar los beneficios de los aditivos de Clariant con las soluciones de material de PLA patentadas de Floreon, nuestra nueva y excitante colaboración apunta a abrir posibilidades adicionales para que los fabricantes y propietarios de marcas de plásticos consideren los biopolímeros como una alternativa viable y de baja huella de carbono a los plásticos basados en fósiles, tanto para las aplicaciones de un solo uso como para las perdurables. Los mercados que se beneficiarán de los nuevos grados mejorados incluyen los de embalaje rígido y flexible, equipos eléctricos y electrónicos, productos de higiene, bienes de consumo y productos automotrices.

Nuestros aditivos realmente se diferencian de los biopolímeros y aún conservan los beneficios ambientales. Pueden mejorar las propiedades mecánicas y garantizar un mejor rendimiento por envejecimiento debido al calor y una mayor estabilidad ante los rayos UV. Ofrecen propiedades como el procesamiento mejorado a través de una ventana más ancha de capacidad de proceso y mejor estabilidad térmica, y promueven una mayor productividad gracias a los tiempos de ciclos más cortos. Puedo ofrecer varios ejemplos:

En primer lugar, las soluciones de aditivos Clariant de base biológica completamente sostenibles, 100 % renovables y que no compiten con los aditivos alimenticios - a través de nuestros productos etiquetados como Vita - ofrecen varias mejoras en cuanto al procesamiento y el producto final que es el PLA.

En segundo lugar, los lubricantes Licocare® RBW Vita, basados en cera de cáscara de arroz, permiten aumentar los índices de producción al reducir el lastre del polímero durante el procesamiento, lo que ayuda a mantener la estética adecuada de la superficie. Este mismo fenómeno de lubricación exterior también permite una liberación de moldeado más sencilla, lo que implica un menor tiempo de inactividad y menos demoras en la producción cuando se utilizan en aplicaciones de moldeado por inyección en múltiples cavidades. Además, debido a que los productos Licocare® RBW Vita son ésteres de cadena larga, poseen una excelente miscibilidad en los biopolímeros, como las mezclas basadas en PLA. Esto suele significar que conservan una excelente claridad, no poseen efecto sobre el color, y no exhiben efectos negativos en la integridad del polímero.

Y, por último, la versión micronizada, Ceridust® 1060 Vita, ofrece una mejor dispersión de pigmentos en los biopolímeros, lo que permite obtener menos roturas en la hilera cuando se forman fibras y, en última instancia, fibras más durables en productos textiles.

Clariant Image Bio-based Additives Blog Content 2020

La protección del medio ambiente, que se logra mejorando la sostenibilidad y enfrentando el desafío de los desechos de plásticos, es especialmente importante, pero la competitividad de costos también es un factor crucial para los fabricantes. ¿Son competitivos a nivel de costos los aditivos de Clariant?
Sí. En Clariant comprendemos que, si deseamos impulsar la sostenibilidad a través de la cadena de valores del plástico, nuestros aditivos deben ser accesibles y rentables para los clientes. Entonces, por ejemplo, los productos Licocare® RBW Vita de Clariant cuentan con un precio competitivo con respecto a las ceras y lubricantes de éster existentes, y además poseen otros beneficios potenciales como los índices más altos de productividad, o la mejor dispersión, lo que permite utilizar menos pigmentos para el mismo efecto.

Esto también se cumple para los productos Licocene® cuando se utilizan en la producción de masterbatches, debido a su excelente capacidad de dispersión. En la mayoría de los casos, los clientes de masterbatches pueden usar menos productos Licocene que las dosis típicas de ceras comunes existentes en el mercado.

¿Qué impacto se espera que tengan los menores precios actuales del petróleo en el mercado de biopolímeros en América Latina? ¿Se verán afectados?
Como mencioné anteriormente, los bioplásticos actualmente representan el uno por ciento del plástico que se produce por año, pese a que este valor aumenta con rapidez, y no esperamos que esta tendencia general cambie. De hecho, creemos que los cambios en la legislación y las actitudes de los clientes fortalecerán el impulso hacia materiales más sostenibles.

También creemos que los biopolímeros se utilizarán en aplicaciones donde la funcionalidad adicional, como la baja huella de carbono y las opciones de caducidad mejoradas, ofrecerá un valor que los plásticos más establecidos no poseen. El mayor impulsor de esta situación serán los propietarios de marcas globales establecidos en América Latina, ya que sus objetivos serán aumentar el contenido reciclado de sus productos o incrementar el uso de biopolímeros.

Dicho esto, el costo siempre será importante, de manera que, con las consecuencias económicas emergentes por la crisis del COVID-19, la primera reacción de la mayoría de las empresas de la cadena de valor de los plásticos será acudir a los polímeros convencionales, debido a la ventaja en el costo. Por la enorme diferencia en escala en cuanto al volumen de producción entre los plásticos basados en petróleo como materia prima y las soluciones de biopolímeros como las de Floreon, la economía de escala aún debe actualizarse.

¿Qué sucederá en México? ¿Existen oportunidades en ese mercado para los biopolímeros y componentes plásticos que usan aditivos Clariant?
Observamos excelentes oportunidades para nuestros aditivos sostenibles en el mercado mexicano, en particular, debido a la necesidad de aumentar el uso de biopolímeros e incrementar el porcentaje de contenido reciclado en el producto final, que han implementado los propietarios de marcas globales ya establecidos en el país. Y esto se observa en diversas industrias. Los biopolímeros se están convirtiendo en una opción cada vez más atractiva en las aplicaciones de embalaje, bienes de consumo, transporte y componentes eléctricos y electrónicos en las industrias automotriz, de dispositivos médicos y aeroespacial, lo que probablemente ofrezca significativas oportunidades en el mediano y largo plazo.

Anteriormente, usted mencionó las consecuencias económicas del COVID-19. Por el contrario, ¿existen oportunidades potenciales que puedan surgir de esta crisis?
Es una realidad que los mercados están buscando soluciones y materiales más económicos debido al impacto financiero de la pandemia del COVID-19. Por lo tanto, esto representará un desafío para los biopolímeros en lo que respecta al costo, debido a la amplia disponibilidad de polímeros basados en fósiles a precios competitivos. Por otra parte, han surgido dos cuestiones muy interesantes:

Primero, la pandemia demostró la importancia de las cadenas de suministro, que deben adaptarse rápidamente a necesidades y situaciones de emergencia. Esto puede generar oportunidades para nuevas tecnologías y, potencialmente, nuevas formas de diseñar productos, por ejemplo, en el embalaje de alimentos y bebidas, los productos médicos y de higiene, los equipos médicos y los vehículos comerciales livianos.

En segundo lugar, la pandemia resaltó lo mucho que dependemos de la naturaleza y, por ejemplo, el Foro Económico Mundial lanzó la iniciativa Great Reset (Gran Reinicio), que llama a los accionistas internacionales a cooperar de manera simultánea en la gestión de las consecuencias directas de la crisis del COVID-19 y en la mejora del estado actual del mundo[3] . En este momento, todos los participantes de la cadena de valor del plástico cuentan con una excelente oportunidad para avanzar de manera consciente hacia los bioplásticos. Además, creemos que los propietarios de marcas no abandonarán sus planes para diseñar mejores productos coincidentes con los principios de la economía circular y seguir teniendo en cuenta el cambio climático. Las colaboraciones como las que anunciaron Clariant y Floreon ayudan a contribuir con este Gran Reinicio global.

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